IVÁN:
Estoy de acuerdo con tu punto de vista, la corrupción a todos los niveles es un mal endémico, sin embargo si se corta de raíz, fíjate lo que pasó en la sociedad Rusa después de la Revolución obrera de los Bolcheviques, o en la sociedad China después de la Revolución campesina de Mao Tse-Tung, sobre esto nos ilustra muy bien “la fabula de las abejas” de Bernard de Mandeville. No es que quiera hacer una apología de la corrupción, ni mucho menos. Pero “ni mucho que queme al santo ni poco que no lo alumbre”.
La corrupción, que es un mal endémico como tú dices, puede ser controlada por una regulación adecuada y una buena justicia.
Por ejemplo: La crísis económica mundial actual, generada en gran parte por los corredores de bolsa de Wall Street, se dio por falta de regulación, fundada en el exceso de confianza en las reglas del mercado, basada ésta en la famosa mano invisible de Adam Smith, el economista escocés, cuando hoy sabemos que a esa mano le faltan dedos, así como en el pensamiento fisiocrático de los economistas ingleses, cuyo núcleo esencial está en la formula liberal: Laissez faire, laissez passer, principio que igual que la mano invisible, sabemos hoy que adolece de enormes fallas, errores y contradicciones que tantos males ha ocasionado a la sociedad contemporánea.
Pero, no podemos olvidar la “fabula de las abejas” de Bernard de Mandeville, que corrigiendo a ROUSSEAU, expone lo que le puede suceder a una sociedad en donde no exista la inmoralidad y el vicio, pues en esa famosa fabula, la sociedad al volverse moral y virtuosa se arruina.
Te invito a repasar en tu biblioteca “la fabula de las abejas” de Bernard de Mandeville, y hacer una comparación con los problemas que esta manejando hoy el presidente Obama en los Estados Unidos, y podrás ver que la historia se repite.
La justicia es el tercer poder público del Estado Social de Derecho, si este poder no está en igualdad de condiciones con los otros dos poderes — el legislativo y el ejecutivo― no hay una verdadera democracia por que los más débiles, que en Colombia son la mayoría, no se pueden defender bien, pues sus circunstancias les impiden hacer un real uso de sus garantías constitucionales y legales.
Recordemos que los derechos del hombre son universales — es decir absolutos― frente al derecho positivo de cada Estado Social de Derecho que es relativo, pues éste cambia de Estado en Estado. Lógicamente que el derecho de cada individuo termina en donde comienza el del otro, pero esto no hace que los derechos que fundan la dignidad humana dejen de ser absolutos y se relativicen. No— los derechos humanos son humanos aquí o en cualquier parte del planeta tierra sin distingos de raza, creencia, educación, edad, sexo o cualquier otra característica que pueda llegar distinguir a los seres humanos.
Por eso si no hay justicia, la paz no es posible.
Francisco Javier Velasco Vélez
Gimnasio Moderno_69
